miércoles, 26 de noviembre de 2008

Jack Flackssshhh!

Entra raudamente una señora al locutorio. Gorda, algo encorvada, baston en mano, con un vozarron y una velocidad al hablar importante.



- hola mi vida tenes para enviar "flack"?

- eehh... si... ¿para enviar un fax?... si, si, tengo.

-Si mi vida, para un flacksshh (lo juro, juro que estiró la palabra en un ssshhhh)....

(estupor en Monegasco) - si.. como no, permitame el papel y el numero de teléfono por favor.

-Es para un 'flack' para la escuela... enviámelo por favor mamita linda ¿¿¿¿¿¿????

(En el momento en que dijo 'mamita linda' casi pierdo el conocimiento por el shock de lo que estaba escuchando y estuve tentado de chequear mis partes intimas para ver si seguia siendo yo o habia sufrido un repentino cambio de sexualidad del que no me había percatado...)

(se sienta en la silla de una pc mientras empiezo a enviar el fax) - ¿No te molesta que me siente aca no? como tenes esa cara tan seria...





Y que pretende señora, o me tiro al piso de la risa o me quedo petrificado, le envio el fax, flack, flackssshhh o como quiera llamarlo lo mas rápido posible y hago de cuenta que esto nunca paso...

sábado, 22 de noviembre de 2008

El juguete rabioso

La araña que tenía tatuada en el cuello era inmensa. Me pidio un Marlboro de 20, común o del que venga, no le importaba, pero en ese momento no me di cuenta. Me da 20 pesos y cuando giro para darle el vuelto ya no estaba mas en la ventanita del kiosco, ahora estaba adentro del local. Y atras de el su complice. En un segundo lo tengo al lado mio, del otro lado del mostrador, en el corazón del local, ahi donde no se puede entrar a menos que seas Maxi o Mone. Y el otro que abre la típica bolsa de casa de deportes de cualquier pibe chorro y hace asomar un revolver mientras dice "caballero, la plata". Si, la plata, que elegantemente me decis que me estas afanando pienso, mientras veo al otro manoteando todo lo que encuentra. El que esta al lado mio, alteradito, ve que muevo una mano y me agarra de la muñeca fuerte y dice "no toques nada, no toques ningun boton eh, dame la plata" y tira los billetes en una bolsa y le dice al otro " mostrale el fierro, dale". Pero no hay fierro, es un arma de juguete, igual a la que tiene mi abuelo desde hace años en la parte mas alta de su modular. Por eso no la muestra de nuevo. Hubiera preferido que me ponga un fierro de verdad en el pecho a saber que me están robando con un cacho de plástico que ni siquiera tiene los huevos de sacar, de apoyarmelo en las costillas.

"Quedate piola, no toques ningun boton eh, quedate ahi" dice el del tatuaje mientras se van. "¿De que boton me hablas? dale flaco, toca, tomatelas de una vez, ya fue" le digo y ya estoy caliente. Ahí me gustaría ser un loquito y decirles de una a ver si sos tan poronga saca al fierro y empezar a las piñas ahí nomas, porque es lo máximo que podia pasar. Pero no, soy un hombre cuerdo y manso, que la última vez que tiró una piña fue en séptimo grado.

Miro a los clientes que estan en las pc porque a uno le manotearon algo también. "Me sacaron la mochila nomas, el documento con la plata los tengo encima y por suerte ni lo vieron" me dice el que estaba mas cerca del mostrador. El resto de la gente ni se dio cuenta de lo que paso.

Cuando salgo a ver si hay algún policia o algo que represente un mínimo de autoridad me encuentro con la calle oscura, la gente relajada paseando por el barrio. Es viernes, es de noche y ya empezó el fin de semana, no hay mucho para preocuparse, nadie se da cuenta de nada, todo es normal. Que te roben dos pibes de 17 años es normal, que tengas ganas de encontrarlos y pisarlos con el auto tambien es normal, que al rato vuelvas de la calentura y pienses que eso es una boludez y que el problema es grave y mas profundo también.

Vuelvo a mi puesto de laburo, el local sigue su marcha habitual. Lo que acaba de pasar es como si hubiera agarrado un gran bache, sentimos el impacto, nos sacudimos un poco y seguimos adelante.
Un grupo de chicas quieren ver unos aromatizadores de ambiente digitales (la flamante incorporación del locu-ciber-kiosco) y no hay tiempo para lágrimas, faltan algunos pesos de la caja, el índice de inseguridad se movió una milésima mas. Todo sigue igual.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Mama esta presa (y gorda)

Entra nuestro cliente especial y, como siempre, hace preguntas hablando a toda velocidad y sin que yo le entienda nada que no repita dos o tres veces. Me habla, como siempre ultimamente, de Lizzy Maguire, de la escuela y que tiene ¡17 años! (como dije en otro post pense que tendria 14 como mucho). Entonces, sin ningun preambulo me confiesa: " a mi me gusta Lizzy Maguire, ¿a vos te parece linda esa mina?"... me quedo un poco sorprendido y apenas alcanzo a decir que no la conozco... "¿pero para vos que es, mas grande o mas chica que yo?" dice como buscando alguna conexión con su amada. "y no se, debe ser de tu edad", le digo... "y si - arremete con su idea sin freno- a mi me gusta Lizzy Maguire, es joven, no me voy a enamorar de una vieja, como mi mama por ejemplo, que tiene como 51 años y esta arrugada, tiene arrugas en la cara mi mama, y ademas esta gorda... y mi papa tiene todas arrugas en la cara asi ( me muestra como su indice recorre a lo largo su cara), esta todo arrugado mi papa... ¿yo cuando sea grande voy a tener esas arrugas como el?"... Me quedo sin palabras una vez mas y resignado le contesto: "y no se, capaz si tenes suerte no"... "Ah" me dice mientras me mira fijo, un poco de costado y se va. Si no conociera a la madre de este pibe diria que esta exagerando con sus descripciones...

martes, 4 de noviembre de 2008

Un Tango para ver mejor

Hay días en los que debería agradecerle a la vida. Agradecerle tan solo estar ahí, en el lugar justo, en el momento indicado para recibir lo que ella tenía para darme. Por esas casualidades ese lunes estaba en casa y no en lo de Ana como cada lunes. Por esas coincidencias la película espantosa que estaba mirando terminó a la hora que en Film & Arts empezaba el documental sobre el tango enfocado desde la óptica y la vida de Rodolfo Mederos. Y entonces, después de tantos días de escuchar rock and roll, de poderoso e intenso rock, el bandoneón de Mederos me da un cachetazo melancólico y brutal, me pone de cara a un tiempo más sentimental, mas relajado, mas pintoresco, mucho mas autóctono que hoy, un tiempo en el que me encantaría vivir.

Y no es solo el pasado en contraposición con el presente lo que se desprende de las imágenes, es también la vida de un tipo con una vocación indestructible, con un amor y una pasión por su oficio que es su vida misma. Y ahí es cuando me saco el sombrero. Ahí es cuando entiendo a los verdaderos triunfadores, a los que se dejan llevar por la matriz en la que fueron concebidos y persiguen sus anhelos con una tenacidad asombrosa, con una seguridad de lo que desean ser el resto de sus vidas que me despierta el mas profundo de los respetos.

“Si yo me dedicara a otra cosa seguramente tendría mucha mas plata de la que tengo… pero también sería infeliz, probablemente tendría una úlcera y lo peor de todo es que no podría mirar a mi hijo a los ojos” dice Mederos en un momento del documental. Un tipo que dice algo así merece admiración. Esta clase de gente debería aparecer en la tele a las 3 de la tarde y no las rodilleras, botineras y demás marionetas artificiales y pasajeras que ocupan la pantalla día a día.
Esta es gente de convicción, de vocación y trabajo, que triunfan sin llenarse los bolsillos porque no lo necesitan, que encuentran la felicidad donde otros ven solo tiempo perdido y desperdicio.

Quisiera ser tan libre como ellos, quisiera tener una pasión tan marcada como esta gente y haber tenido la dicha de desarrollar una actividad con la felicidad dibujada en la cara como cuando ves tocar a Mederos, como cuando mi profesor de armónica me dice que “mi sueño desde pibe era vivir de dar clase y lo logre”. Ellos triunfan día a día, con sus problemas como todos, pero avanzan sin dudar por un camino bien marcado y firme, sin vueltas atrás ni cambios de ruta. Los otros, los tipos como yo, luchan por robarle una señal a la vida que les indique donde están parados, flotando a la deriva mientras esperamos que alguna corriente benévola nos arrastre hacia suelo firme, mientras le robamos sonrisas al presente en cuentagotas.

Por eso va mi aplauso a los que llegan adonde yo no puedo (ni se como) llegar, mi admiración y respeto interminable a todos aquellos que no necesitaron buscar un faro que les alumbre su propio camino.


“El tango dice en 3 minutos lo que a un filósofo le cuesta un tratado”
Rodolfo Mederos.